Según lo que desprende un estudio llevado a cabo por la Universidad de Australia Occidental y que recoge la revista British Journal of Sports Medicine, entre los miles de atletas que compiten en los Juegos Olimpicos, alrededor de un 8% tienden a padecer de asma, y esto podría relacionarse con el entrenamiento intenso.
El científico identificó a los atletas con asma documentada y AHR a partir de los que durante los últimos cinco juegos olímpicos -de 2002 a 2010- utilizaron beta-2 agonistas inhalados (IBA, por sus siglas en inglés), un fármaco usado frecuentemente por atletas de élite como terapia antiasmática.